jueves, 16 de agosto de 2012

Frente a Frente...

Morelia, Mich. México. 4 de Febrero de 2003. 

Qué miedo da que de pronto se detenga. Sentirse, a veces, el centro del universo, el control que lo mueve todo. Ahí está, ahí lo encuentras, lo concentras. Qué miedo se siente, que moviendo los pies, de pronto no lo hagas y se detenga todo, hasta el tiempo, y tus manos dejen de ser tuyas y tu alma se evapore tras un suspiro. 
Qué miedo dan tus ojos, suspendidos en una mueca que no olvido, qué miedo da no olvidarles, qué miedo da, que de noche aparezcan en el sueño de tu ausencia y la cama esté vacía. 
Qué miedo da el olvido que no olvido, tu presencia ausente, tus ojos que no miran, tus manos que no tocan, y tus labios que simplemente no hacen ósculo para mí. 
Qué miedo le das a mi alma callada, escondida tras el secreto de sentirse prisionera del deseo. 
Qué miedo da que de pronto se evapore tras un suspiro. 

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